Viviendo a cincuenta minutos del Tate Museum, no haber ido aún era un crimen. Un buen día, aprovechando una visita de España, al fin, salimos del tumulto de Oxford Circus, Hyde Park o Camden para entrar al museo.
La verdad es que entrar y encontrarte de frente con "Water-Lilies" de Monet es un lujo indescriptible. Cada trocito del museo iba pidiéndonos interpretación y la verdad, acompañada por una historiadora del arte y un arquitecto, buscarla fue cuanto menos entretenido. Los museos en mi opinión están para quedarse callados, observar y disfrutar; y yo disfruto compartiendo diferentes puntos de vista y sensaciones. Los museos están para hablar bajito e intercambiar lo que cada uno nos llevábamos en la mochila de cada obra- que difiere un mundo, qué magia, ¿no?
En medio de un río de obras abstractas me topé con el trabajo de Lorna Simpson y como os podéis imaginar, me quedé un buen rato pegada, quieta, leyendo y absorbiendo esa sensación de cosquillas que llega cuando encuentras algo que a ti te hace despertar.
Lorna es una artista afroamericana cuyos trabajos llevan emocionando a medio mundo desde los años 80. Combina las fotografías con el texto y trata de una manera serena y elegante- lejos de la reivindicación confrontativa- problemas de raza, género, identidad, memoria e historia. La combinación de un texto sencillo, casi poético, con fotografías limpias, elegantes en blanco y negro hacen que te pares a pensar en el fondo detrás de la bonita forma. Como decía el fotógrafo Ted Grant;
"Cuando fotografías gente en color, fotografías sus ropas. Cuando fotografías en blanco y negro, fotografías sus almas".
La obra de la foto; "Photobooth" se compone de cincuenta retratos de fotomatón de los años 40, encontrados y probablemente descartados por los retratados. Además de los retratos también hay ilustraciones hechas por ella, manchurrones de tinta que junto a las fotografías evocan nostalgia de lo que fue aquella época para los hombres y niños negros en la cultura americana; la difícil vida, el trabajo, la segregación y hasta el linchamiento, pero a través de una alegre composición de imágenes pequeñas y tinta.
Esta es otra de las obras que me emocionaron de Lorna; "Twenty questions, a sampler" (1986), en ella se trata la cuestión del género y raza y se cuestiona de manera poética y minimalista el lenguaje popular, utilizado a menudo en juegos y dichos tradicionales que esconden juicios y estereotipos. Otra de las cosas, que investigando a Lorna he descubierto, son sus trabajos artísticos que reivindican la belleza del pelo natural de las mujeres de color, a menudo escondido en trenzas bajo pelo artificial, como obligando a la no aceptación de entrada, durante años y años. Ella transforma el pelo afro en piedras preciosas, montañas y humo. Le devuelve el arte que alguien decidió un día quitarle, sin motivo alguno.
Fuente de esta fotografía aquí. |
"Five days Forecast", son fotografías sencillas, casi idénticas que junto con las palabras, predicen lo que puede ocurrir en una semana de cinco días en un entorno profesional; la ruptura en la comunicación y de nuevo, sutilmente, entra en juego el género como condicionante al haber elegido cuidadosamente todas las palabras comenzando por Mis/Miss.
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Me pasaría el día hablando de Lorna, y hace bien poco que la conozco. Y es que la lucha serena es la mía, la que no grita pero remueve, la que no impone pero sugiere, la que no exige pero analiza. ¿Y la vuestra?
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