Buscamos ciudades. Buscamos luz, edificios, gente, ruido, calor humano. Buscamos, a ratos; sitios pequeñito donde recogernos, pero volvemos en seguida al tumulto, irremediablemente.
Esta es una oda a la simplicidad de ser, en una capa invisible de la ciudad. Porque las ciudades tienen capas, ¿sabíais?
La que enseña al turista; suave.
La que duele al luchador; brutal.
La que riega al niño; iluminada.
La que vibra cuando hay música.
La que rueda cuando paras.
La que te quiere comer.
La que sin manos sabe abrazar.
La que aprende a ser casa.
La que no llega a serlo nunca si no hay mar.
La que me ha erizado la piel en este proyecto de Lebrel Furniture en el que no se habla con palabras y que creo que os va a encantar; una idea grande hecha refugio debajo de un puente. Mirad, vale la pena darle al "PLAY".
Y a vosotros, ¿qué capas os han enseñado vuestras ciudades?
Y a vosotros, ¿qué capas os han enseñado vuestras ciudades?
Me ha gustado mucho la metáfora de las capas.
ResponderEliminarTambién está la capa que da la esperanza al que sueña,
la capa que viaja a través del tiempo, a aquellos que recuerdan,
la capa que regala nuevas oportunidades, a aquellos que luchan sin descanso por un mundo mejor.